La clavó de oreja

Con algo más de un metro sesenta de estatura y la contextura física de un chibolo más, Édison Flores deja la impresión de ser una criatura inofensiva, pero pobre de aquel que crea semejante fantasía.

De hecho, la zaga grone ya estaba advertida de que “Orejas” y su frágil humanidad te pueden pintar la cara en cualquier momento. Pero las indicaciones entraron por un oído y salieron por el otro. De ahí la derrota.

Minuto 64. Calcaterra saca un centro venenoso hacia el corazón del área íntima y Flores, en complicidad con Albarracín, burla a sus marcadores para pegarle un frentazo a la pelota y derrotar a “Yuyo” Libman. El Estadio Nacional se vino abajo. 

“Gracias a Dios pude darle la felicidad total a la gente de Universitario. Ganamos el clásico, nos cobramos la revancha”, apuntó “Orejas”, todavía eufórico por semejante alegría.

Flores, quien marcó su cuarto gol, es pretendido por el poderoso Napoli de Italia y su partida se daría en agosto, cuando este clásico aún permanezca en la memoria de todos.