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¡Pepe mismo Pilatos!

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En vez de asumir sus culpas y poner su cargo a disposición de la administración temporal, José Soto se la agarró con los potrillos, a quienes ayer les dijo la vela verde tras la escandalosa derrota frente al León, por 1-2, el sábado en Matute.

Antes de empezar la práctica matutina, el técnico reunió a sus jugadores en el camarín, donde se enfrascó en un enérgico reclamo a pesar que en la interna se cuestionan sus errores a la hora de plantear un partido.

Fueron cerca de 30 minutos de quejas y la peor parte se la llevaron los chibolos. De esta forma, Soto buscaba concientizar a sus pupilos para evitar un mal resultado ante Boys, lo cual significaría otro desastre.

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