0

“En Cristal no hay tiempo para jodas ni trasnochadas”

Únete al canal de WhatsApp de Líbero

Melissa Rodríguez

 

¿Qué análisis hace de esta buena campaña con la celeste?

Es un momento soñado, producto de la planificación. Lo de Cristal no es cosa de suerte. Nosotros trabajamos duro para llegar a la final.

¿Contribuyó la crisis de Alianza y Universitario?

No dependemos de ellos. Además, en años anteriores no campeonaron por estar distraídos con temas  internacionales. Nuestro éxito es solo coincidente.

¿Cómo logró el éxito un Cristal que en el 2009 peleaba la baja?

Con trabajo. Costó mucho porque tuvimos que pasar a Vallejo en la Liguilla. Lo que hice fue establecer un puente de confianza sana y sincera con mis jugadores.

¿Cuál es la fórmula ideal para llegar al futbolista?

Cuando llegué a Cristal encontré un equipo abúlico, jugadores que sabían que a fin de mes cobraban su billete. Un equipo desconfiado es delicado porque hacen grupitos y todo les parece mal;  entonces me tocó cambiar el clima. Me adelanté a sus críticas y fui directo.

¿Y cómo manejó el tema disciplinario?

Acá no hay tiempo para “jodas”, ni trasnochadas. En Cristal, para ser figura y campeonar, se ideó un plan de 15 días para cada jugador, con toda la rutina que seguirán en esas dos semanas de trabajo. Ahí está escrito desde qué ropa van a usar hasta qué días pueden estar con sus parejas. 

O sea, ¿los muchachos están chequeados al milímetro?

Este es un trabajo para inteligentes, y si alguien se equivoca, sabe que está fuera del equipo. Hay que aprender a leer entre líneas para saber cuándo tomar y cuándo tener sexo.  El pasado de Cristal me obligó a formar un equipo distinto.

¿Y en este proyecto buscó algún tipo de asesoría?

Yo tengo un coach personal que me puso Backus. Es una persona que me ubica, que  trabaja conmigo y con los jugadores el sentido de la proporción en nuestras conductas de cara a las metas trazadas.

¿Su coach es peruano?

Sí, es peruano, pero no diré más porque se trata de un trabajo “detrás de”. 

Hace poco se celebró una fiesta de confraternidad, ¿le fue difícil vestirse de rapero?

Jajaja, no para nada. Esa reunión se la pedí a Cantuarias para cerrar el círculo de cara a los play-off. Quería conocer a toda la familia celeste. Quería conocer el motor de vida de cada uno de mis jugadores. 

¿Es cierto que Cristal juega bien porque sus jugadores y el técnico tienen swing?

Jajaja, bailar es saludable y te diré que mis jugadores están felices todo el día. Tú puedes reír con un  Yotún que se pone a tocar cajón en el camarín y con un Advíncula bailando negroide. Yo jamás malogro esos mágicos momentos.

¿La presente campaña con Cristal fue mejor que la anterior con Sport Huancayo?

Sí, son situaciones distintas. Nadie puede cuestionarme, pues mientras en Huancayo me bañaba con balde, en Cristal me baño en yacuzzi. Encima, la directiva de Huancayo me quedó debiendo dinero de premios. Una lástima, en fin.

¿Qué lo alejó del comando técnico de Sergio Markarián?

En el 2010, que llega Sergio, me convocó y trabajé  con él sin ser contratado. De un momento a otro, no me llamaron más. Luego me dijeron que el señor (Carlos) Silvestri se opuso a mi contrato. Ojalá no sea verdad.

¿Por qué razón se opondría?

Cuando yo entrenaba a Municipal, él era presidente del club. Aquella vez le gané un juicio por haberes impagos.

¿Markarián no intercedió para arreglar este tema?

Me llamó, me dijo que las cosas se arreglarían, pero preferí apartarme. No me gusta trabajar donde no me quieren. A mi amigo Markarián siempre le desearé lo mejor.

¿Usted hubiese ayudado a solucionar los problemas?

Conmigo o sin mí, los problemas en la selección se hubieran dado igual. Es el destino. Y si me tocaba verlos, yo hubiese renunciado. Yo no me hubiese quedado.

Libero Impreso

EDICIÓN DIGITAL

EDICIÓN DIGITAL

OFERTAS DE HOY