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Adiós a la Copa

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Gastón Tovar

Huancayo

El destino no es caprichoso, es sabio. Aparece en fechas claves para enviar un mensaje de realidad. Porque lo que vivió ayer Universitario –en el Día de los Muertos– no fue casualidad. Reflejó su alma, sus tacañas aspiraciones.

Sport Huancayo aprovechó ello y aplastó sin piedad 3-0 a los dirigidos por Nolberto Solano en el estadio IV Centenario.  Recuperó el segundo lugar de la liguilla “A” con 57 puntos y dejó casi sin Sudamericana a los de Ate. 

Y la gente de Wilmar Valencia la tenía clarita desde un inicio. Tal es así que Ángelo Cruzado apareció a los 8 minutos para marcar el primero. Dentro del área chica no perdonó. La mandó al fondo. Con cólera.

Galliquio miraba a todos lados y no entendía nada. Schuller menos. Baylón, por su parte, trataba de enderezar la puntería. Ni porque Dios es grande eso pasó. El resto eran zombis.  Una tragedia pura.

LA PESADILLA

En la etapa complementaria se selló la superioridad del local. Nuevamente Cruzado apareció a los 58’ para marcar el segundo. “Ñol” parecía que pedía sus botines. “Quiero entrar”, decía su rostro.

Para colmo todo se complicó con el berrinche de Aurelio Saco Vértiz. Miguel Santiváñez no aguantó la pataleta y le mostró la roja. “A las duchas, señor”.

Sin embargo, la historia de terror no podía culminar sin un final de aquellos. Sergio Ibarra–quien ha hecho un pacto con el diablo– chapó el balón y marcó el tercero desde los doce pasos.  La crema se derretía.

La “U” saltaba en el pecho de todos. Sangraba. Convulsionaba. El equipo le brindó efecto a una fecha muerta. Parece que el destino no se equivocó: así es difícil vivir.

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