¡Somos bravos!

José Torres Orellana

Hacía falta “magia” para acabar con el maleficio. Una pizca de brujería que ponga fin al calvario y dé paso a la alegría. Esa que brota de los pies de Yordy y que cada vez que se hace presente en el marcador regala felicidad a un pueblo herido por el sufrimiento que le causa la mala campaña de su equipo.

Reyna salpicó un chorro de ese elíxir mágico en su escuadra para liberarla de una extensa garrotera en sus dominios, donde llevaba tres fechas sin ganar. Y es que en Matute no hay mal que dure cien años ni grone que lo resista, y esta era la ocasión propicia para sacudirse de la “saladera”, sobre todo ante el rival que lo tuvo de hijo desde la final del año pasado. 

Aurich le había ganado cinco partidos al hilo y esa ya era  motivación suficiente para que los potrillos quiebren los números y abran la historia.

Por eso, la “actitud” fue otra y desde el saque los íntimos buscaron hacer daño dominando las acciones. Con la tradicional blanquiazul en el pecho, el milagro debía nacer de sus pies. La vuelta de Rabanal y el ingreso de un movedizo Tarrillo le dieron otro matiz al equipo; sin embargo, no sería hasta el complemento que las emociones se instalarían en Matute.

La lesión del golero Penny, quien abandonó el campo, fue un punto de quiebre y llenó de confianza a los victorianos, quienes no le habían podido marcar desde la final del 2011. 

Es ahí que apareció Beltrán a los 69’ para filtrar un balón venenoso y Yordy se libró de la marca de Barrios para quedar solo frente a Drago y definir a un costado, como ídolo. 

Con Quinteros en el campo, Alianza ganó en posesión y fue por más. La fortuna estaba de su lado y la fatalidad de parte de los chiclayanos, por eso “Nacho” Drago, en grosero error, soltó un balón en su área y se la dejó al “Charra” Rabanal, quien marcó el segundo a los 84’.

La visita reaccionó a los 87’ cuando Anderson Cueto puso el descuento fusilando de zurda a Forsyth, pero el “Ciclón” ya no tenía fuerzas y sucumbió ante un Alianza que terminó con 10 por la roja a Beltrán.