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Caballero nomás

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No hay esfuerzo que valga para cambiar un destino marcado por la desesperanza. Ni siquiera ganar el clásico, vivirlo, sentirlo como propio, nada es suficiente para variar esa sentencia de muerte a la que están condenados José Soto y Nolberto Solano, la cual se hará efectiva apenas retornen a Lima.

El primero en recibir la ingrata noticia será el estratega de la “U”, al que Rocío Chávez y compañía esperan con la guillotina lista para rodar su cabeza por su anunciada falta de ambición y sus constantes yerros en la conducción del equipo.

De esta forma “Ñol” le pondrá hoy fin a un corto ciclo al mando del último club con el que salió campeón como jugador, y donde se estrenó sin pena ni gloria como entrenador. Solano sabe  de su condena, por eso en Miami se despidió de sus pupilos y espera tranquilo su despido, días antes de la finalización de su contrato (31 de diciembre).

Pese a ganar el clásico, Pepe Soto saldrá por la puerta falsa de Matute. El adiestrador tiene contrato hasta el 2014, pero en Alianza nadie quiere su continuidad, por eso la administradora Susana Cuba busca la forma de rescindir su contrato sin perjudicar las alicaídas arcas del club.     

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