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¡Pecho caliente!

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Desdichados aquellos que lo señalaron. Era imposible dejar tanto con esa absurda teoría del corazón helado. La vida le dio la oportunidad a los del Rímac, y ellos simplemente la aprovecharon. En 90 minutos el supuesto ser humano sin alma dejó en claro que la sangre no es gratuita. Que después de tantos años de ausencia han resucitado.

“Tenemos el cincuenta por ciento de la Copa”, dijo Roberto Mosquera. Bendito seas. No te equivocaste. Detrás de ese terno de seda impecable y esas “gafas” sicilianas hay trabajo. Hay ojos cansados. Hay lágrimas de gloria. No te las seques, que te miren inundado de éxito.

Porque si bien nada está dicho, el resultado da para celebrar  con la copa medio llena. En Cusco no se gana todos los días y menos ante un rival que no había mirado la muerte tan de cerca como ayer. Menos en un Play Off. Cristal ganó con lo justo y necesario. Ganó bien. Con un 1-0 sobre un Real Garcilaso que hasta ahora trata de mirarse en un espejo.

UNO Y PUNTO

Y el momento clave del compromiso llegó a los 33 minutos. Yotún luchó un balón con Herrera y logró sacar el centro. En el área la vida vale un caramelo de limón y si no te cuidas fuiste. Así de simple. Ross ratificó ello y la mandó al fondo. Quizás el gol más importante del año, o por qué no, el de su vida.

Lo que vino después se resumió en un “bombardeo” de centros del local. Jorge Cazulo y Marcos Delgado se tiraban de cara. El balón no entraría jamás. Así lo quería el de arriba.

Cristal se fue del “Ombligo del Mundo” con medio título en el bolsillo, y con la idea de que todo está casi consumado. Porque jugando así es difícil no hablar de los merecimientos de un casi campeón.

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