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Te USA de consuelo

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No hay tanto espacio para guardar tanta bronca, así se busque, no hay. Pero el pequeñito de ayer sirvió, al menos, para esconder por algunos días lo que fue este año. De los pies de Walter Ibáñez y Franco Navarro, los victorianos vencieron 2-0 a Universitario.

En un clásico que no tuvo nada de amistoso, los íntimos apretaron el acelerador y dejaron en claro que lo último que se pierde es la vergüenza. Se tiraron de cara, dejaron la piel, como si la vida estuviera en juego.

Y eso que los cremas desde el arranque preocuparon. Penal a favor de los dirigidos por Nolberto Solano. Rainer Torres  -asumió el reto- “chapó” el balón y lo estrelló contra el palo. No entró. A esta  “U” ni Jesucristo la resucitaba.

Entonces, desde su rincón, los de Matute entendieron que era el momento de presionar y jalar el gatillo. Y es a los 45 minutos que llegó el primero. Pelota que flotaba en el área de los de Ate, y que al final el “Colo” se encargó de meter.

“Nada borrará lo malo de este año”, dijo Ibáñez durante la semana. Seguro que hoy dirá lo contrario. El uruguayo empujó como gladiador en guerra. No dejó nada en el tintero y ahí los frutos. Ese gol sirvió y de mucho. Si no, que lo diga el hincha.

Ya en la etapa complementaria, los “potrillos” comenzaron a manejar los tiempos; claro, mientras los merengues buscaban por todos los medios inquietar a Salomón Libman. Con el casi no se gana y eso ayer lo entendieron.

Lo que vino para el final fue para el cuadro. Navarro -de nueve- ingresó y jugó sus primeros cinco minutos en el año. Aprovechó el penal a los 90’ y la mandó al fondo. Lo gritó como si fuera un Mundial, como se grita en un clásico. Quizá por todo lo que vivieron este 2012.

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