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Angelitos negros

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José Luis Saldaña

 

Era una reconciliación con su historia. Con su escudo. Con su pueblo. Hoy menos que nunca el rostro del hincha íntimo tenía que estar pintado de tragedia. El duelo de ayer - con Copita en casa - no solo sirvió para maquillar la temporada, sino para regalarle una media sonrisa a los que desde el cielo alguna vez brillaron con esta “mica”.

En medio de un clásico tibio, Alianza Lima igualó ante Universitario a cero y ello le sirvió para coronarse campeón del doblete “Inka Cup”. Con lo justo, con ganas de lavarse un poco el rostro, los victorianos le regalaron alguito en este 2012 de espanto, a los hinchas.

Gino Guerrero, José Cánova, Carlos Beltrán, Paulo Albarracín dejaron en claro que serán la base para la próxima temporada. Rindieron por encima del promedio en estos dos clásicos y sellaron su madurez. Hoy, a pesar de todo, eso ya nadie lo puede discutir.

Ya en el cotejo las ocasiones de gol estuvieron inclinadas para el conjunto blanquiazul. Quinteros era el equilibrio y Guerrero junto a Mayurí intentaban generar peligro por los costados. La “U” se aferraba a su garra, a lo que podía, a lo que sentía.

Y, claro, cuando habían espacios se iban con todo. Christofer Gonzales manejaba los tiempo y buscaba habilitar a Chirinos. No había mucha sorpresa, pero en cada centro los íntimos también miraban de cerca el pánico. Digamos que Rivera no era una “muralla” del todo.

Con más ganas que talento. Con más esfuerzo que claridad. Con más empuje que criterio se esfumó el clásico. En Estados Unidos los blanquiazules aseguraron con el 2-0 y lo de ayer era puro trámite.

Hoy se amanece distinto en La Victoria. En una fecha tan especial - 25 años de la caída del Fokker - se recuperó mucho. Se recuperó la identidad.

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