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Para recuperar la identidad de un equipo golpeado por la adversidad era necesario un líder que sintiera un incondicional amor por la blanquiazul. Un cariño a prueba de balas, que sea el motor del renacimiento de un club sumergido en los problemas. Un afecto sincero como el que profesa Wilmar Valencia, flamante técnico de Alianza Lima.

Y fue ese compromiso por sacar a flote una institución que intenta recuperar su grandeza, lo que inclinó la balanza a su favor y permitió que “Bam Bam” sea confirmado como el nuevo estratega íntimo por toda la temporada 2013.

El adiestrador nacional se reunió ayer con la administradora Susana Cuba, con quien selló el acuerdo para estampar su firma en el club de sus amores.

“Estoy feliz porque se confirmó mi llegada a Alianza. Regreso al club en una etapa de madurez en mi carrera como técnico. Tengo la ilusión de lograr grandes cosas, sé que el reto es grande y el presupuesto es corto, pero sueño con hacer bien las cosas“, sostuvo el entrenador, quien el 2005 también dirigió a los grones.

Valencia no vende humo. “No prometo el título, sé que hay limitaciones pero como primer objetivo buscaremos llegar a una Copa”, aseveró.

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