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Jorge Luis Pinto, el carcelero grone

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El colombiano Jorge Luis Pinto llegó a Alianza Lima en 1997 con la complicada responsabilidad de campeonar con el conjunto grone tras 18 largos años de sequía sin títulos. El entrenador aceptó el reto e impuso disciplina en el cuadro victoriano, en cuyo plantel destacaban el goleador Waldir Sáenz y Juan Jayo, no solo como sus principales figuras, sino por su fama de indisciplinados y amantes de la noche.

Pese al talento indiscutible del equipo conformado en aquella temporada, los escándalos eran el principal problema con los cuales debía enfrentarse el DT colocho. Las juergas y salidas a discotecas parecían imposibles de cortar.

Sin embargo, Pinto tenía mucha muñeca y empezó a manejar un grupo muy complicado. El “Bigotón” se reunió con la directiva y propuso un plan: rondar por las casas de los jugadores durante la madrugada para saber si estaban durmiendo o llamarlos telefónicamente en horas inesperadas. Por estas tácticas, al entrenador lo empezaron a llamar el “carcelero”.

“A muchos les parecía chistoso que me apareciera en la casa de Waldir o Jayo algunas madrugadas para comprobar si estaban durmiendo. Los trabajé a la guerra psicológica, era la única manera de sacar a Alianza campeón después de 18 años”, confesó el DT.

Los métodos dieron resultados. Además, Pinto siempre se caracterizó por defender a sus pupilos y sacar cara por ellos. Al final, Alianza Lima fue campeón en 1997 y el pueblo blanquiazul reconoció lo hecho por el colombiano

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