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¡Corazón para golear!

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José Luis Saldaña

 

Y lo mágico queda corto. Porque hasta ahorita el corazón late. Y con fuerza. En Matute no se vivió una “Noche Blanquiazul”, sino inolvidable. Porque no solo brilló con su espectacular presentación, sino con lo que dejó en el terreno de juego.

Los victorianos aplastaron 6-1 a Universitario de Sucre y dejaron un mensajito para este 2013: el título es posible. Desde que el balón acarició el césped de Matute, las dudas se apagaron. Se esfumaron en un dos por tres. Los dirigidos por Wilmar Valencia se sabían de pe a pa el libreto de la guerra y no había margen para el error. Para la decepción.  

Entonces, de arranque Rodrigo Cuba saltó como un gato para marcar el primero de un cabezazo. Minuto 10 y la “Caldera” se venía abajo. Explosionaba. Lo que llegó después fue la cereza de la “Noche Blanquiazul”. De la “Noche de un Guerrero”.

Gino apareció a los 27’ y 43’. En dos momentos claves. El primero de su cuenta personal llegó de larga distancia. La empalmó como los dioses y la envió al fondo. El tercero fue de un testazo. El tiempo solo pedía celebrar, sonreír. 

En la etapa complementaria, los íntimos mantuvieron el nivel y ampliaron el resultado. Vidales, Reyna y Quinteros coronaron la fiesta. Como para no olvidarla jamás.

Matute era el edén. No solo fue una noche especial, sino infinita. De esas que se extrañaban en el “pueblo”. De esas que se extrañaban con todo en el corazón.         

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