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Pidió un cuartito

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Volver al Perú y no darse el gusto de saborear un exquisito pollo a la brasa parece un pecado para cualquier peruano, sin embargo, cuando se trata de jugadores de la selección que deben seguir un estricto régimen alimenticio, la cosa cambia.

Cuando se suponía que la concentración anticipada del equipo impediría cualquier desarreglo de parte de los futbolistas, las normas quedaron sin efecto cuando una motocicleta con un pedido delivery de una pollería llegó rauda a la Videna. Juan Vargas rompió la dieta, el hambre pudo más y no aguantó la tentación de comerse un suculento pollito.

Junto a tres jugadores más, el “Loco” se dio el gusto y comió a su antojo, ya que ahora su estado atlético se lo permite, pero no debe hacer más desarreglos.

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