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Y esto no es guerra

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El pitazo inicial  ante el clásico rival chileno, se dio ayer en los exteriores del hotel Westin, cuando los hinchas peruanos hostigaron a un reducido grupo de aficionados sureños.

Cerca de veinte mapochos que llegaron hasta San Isidro para recibir a su selección, se sintieron hostigados por más de un centenar de fanáticos rojiblancos que los “apagaron” con sus cánticos e insultos.

Y aunque un gran contingente policial controló la situación para evitar abusos, algunos desadaptados arrojaron tierra y hasta orina a los chilenos. Además, una aficionada sufrió el robo de su bandera. “Esto es fútbol, no una guerra”, señaló la mapocha.   

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