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Marca Perú

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José Luis Saldaña

 

Incrustado a su suelo, levantó la mirada y acarició por primera vez la ilusión de todos. Y la primera vez nunca se olvida, sobre todo si es con ese amor indefinible, indescifrable. Yordy Reyna anotó y marcó un antes y un después en su vida. 

         Con DNI fresquitos, la bicolor aplastó 3-0 a Trinidad y Tobago.  

Pero antes, la pelota empezó a danzar sobre el verde y el “Cohete” junto al “Cholito” corrían como pericotes de esquina a esquina. Camuflados entre esos “cabanossi” que bajo su regla imponían respeto con los toperoles por delante. 

          De pasadita todo tomaba  cuerpo con los intentos de un Luis García que hasta ese entonces se iba presentando con la patria. Paulo Albarracín hacía lo propio y de rato en rato mismo Indiana Jones sacaba el latigazo, como para levantarnos de nuestros asientos. 

        Sin embargo, todo se concentró a los 38’. Por algo Dios quiso que sea ayer. Reyna, parado sobre su cuadrado, giró el tronco y de un cabezazo mortal la mandó al fondo. El primero con la “sele”. El primero que le quita la garganta a todos. A todititos. Como para que nadie dude de que en algún pasaje bíblico debe estar su nombre. 

        Lo de la etapa complementaria fue para arrancarle una sonrisa a Don Sergio. Paolo Hurtado (80’) y Christofer Gonzales (82’) sellaron la presentación de gala. Al final quedó esa ilusión, esa bendita idea de ganar, de aniquilar todo lo que esté al frente, de que tenemos un futuro de aquellos y un presente que nos tiene en el paraíso.

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