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Entre el cielo y el infierno

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José Torres Orellana

 

Semana tranca. Ángel Comizzo aprovechó los días de reflexión para mirar atrás y enmendar el camino. Se golpeó el pecho e hizo un mea culpa buscando respirar nuevos aires en un Sábado de Gloria, en el que quedará a punto para retornar al Descentralizado con fe en el futuro.

El extenso receso del torneo le permitió al técnico crema hallar la paz que requería para trabajar como quiere. 

Sin la presión mediática de por medio, con la novela Polo culminada y la llegada de un atacante de categoría para solucionar las angustias ofensivas, el DT respiró aliviado y se llenó de optimismo para encarar las siguientes fechas del torneo.

A ello se suma el respaldo de la Administración Temporal, que le otorgó la confianza plena para su continuidad al mando del primer equipo. Claro está, con la obligación a cuestas de mejorar la performance de su escuadra y enderezar el rumbo.

GUARDA QUE TE QUEMAS

Comizzo no quiere distracciones, así que evitó la exposición y se mantiene en una cura de silencio prolongada, ya que busca que su trabajo se encargue de aplacar las críticas. 

Por ahora disfruta de una paz interna única, esa que intenta transmitir a sus pupilos para escribir una nueva historia llena de alegrías para recuperar el crédito de su gestión. 

Mañana en el Monumental, León será la prueba de fuego que lo consagrará como “santo y salvo” o que lo mandará al lugar de las almas perdidas.  

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