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Yordy Reyna teme ser nuevamente molido a patadas

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El callejón oscuro que plantó César Vallejo para frenar las arremetidas de Yordy Reyna, el arma letal de Alianza Lima, corroboró que en el fútbol todo vale para ganar.

Al veloz delantero sencillamente lo reventaron. Puñetes, patadas, amenazas, lisuras y empujones fueron una constante en busca de hacer tambalear su enclenque figura.

En el camarín trujillano la consigna fue una sola para el “Negro” Galván, Orlando Contreras, Miguel Morales y “Churrito” Hinostroza: frenar al “Cohete”  valiéndose de todo, sin compasión. Es decir, “hacha y machete”, como diría Héctor Lavoe.

Una vez en la cancha, los cuatro “leñadores” casi lo parten como árbol. Eso sí, siempre lealmente y sin intención de perjudicar a la joya del fútbol peruano. “¡Así no es, causa!”, alcanzó a decirles Yordy a sus verdugos en el Mansiche.

En otro momento, elevó la mirada al cielo y le suplicó al Todopoderoso que detenga los cariños que venía recibiendo. A eso se sumó las ampollazas que le provocaron el pasto sintético.

Pero hay más. A Reyna ya lo tienen estudiado porque Alianza depende mucho de su luz, de su magia, de su desprendimiento para hacer la jugada brillante.

Así, no se descarta que en las siguientes fechas el “Cohete” salga a la cancha con un par de padrinos que paren los golpes y los “tabazos” que le meten cada vez que se acerca al área.

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