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¡Rica sopa de cóndor!

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Cuentan que el mítico doctor Jorge Alva Flores, allá por 1996, en plenas Eliminatorias para el Mundial Francia 98, tomó una pretérita olla de barro que llenó de mejunjes coloridos y de paralizantes olores.

La bendita “Sopa de Cóndor”, un brebaje supuestamente para contrarrestar los males de altura, hizo que nuestros seleccionados corran en La Paz como el Mach 5 de Meteoro. Y aunque esa vez solo empatamos a cero con Bolivia, dicho consomé se hizo tan famoso como el lomo saltado de Gastón.

Con el correr del tiempo, los equipos experimentaron hasta con los parchecitos nasales con tal de oxigenarse en las ciudades de altura. Pero en la “U” quieren más porque urgen de la victoria en los 3,399 metros del Cusco.

Desde el pasado lunes, la nutricionista Eudith Saavedra se encarga de la supervisión de los alimentos de los jugadores. La profesional, que trabaja en el club desde el 2007, dispuso la preparación de caldos en base a yuca, papa y carbohidratos que generen la reserva de energía que los jugadores necesitarán para salir airosos de la exigente prueba.

Más allá de algunos complementos basados en azúcares, la guapa Eudith exigió al término del almuerzo el consumo de una cucharada de miel de abejas.

El propósito es evitar los resfríos tan comunes con el brusco cambio climatológico.

El profesor Ángel Comizzo, algo inexperto en exámenes de altura, consultó sobre los beneficios de la sopa y otros potajes  con el doctor Jaime Vásquez.

Es probable que el técnico no esté muy convencido de lo que se prepara en la cocina. Pero habría que recordarle que la “Sopa de Cóndor” es más efectiva que el Nastizol de Marisol, el cubito de azúcar o cualquier analgésico de farmacia. •

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