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Se juega la cabeza

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José Luis Saldaña

“Soy el responsable. Apunten sus dardos, flechas y balas contra mí, no hay problema porque soy fuerte”, dijo Wilmar. Es decir, el técnico victoriano tiene clarito que será el imán de lenguas afiladas y piedras en el camino.

Y es que las tres derrotas consecutivas hicieron que desde la Administración Temporal  miraran con telescopio lo que viene sucediendo en un equipo que niega, como procesado, “camitas”, pero que sobre el verde últimamente es un flan.

LÍBERO conoció que Valencia empezó a recibir una serie de sugerencias con ribetes de imposición. Primero con la recomendación de un preparador físico más en su comando técnico y luego con el movimiento de algunas piezas en el tablero de ajedrez.

La situación está en el hervidor. Ello se reflejó el miércoles después del tropezón en Huancayo, cuando “Bam Bam” agitó la garganta y dejó como gatos con tercianas a varios de sus dirigidos. “Ni una pelota cogen...”; “Bazán se asustó”; “Beltrán no puede dar bien un pase de cinco metros”, captó El Deportivo. Más de uno solo atinó a persignarse.

“No me aferro a cargos ni sueldos, pero si estuviéramos más unidos no pasaríamos por estas circunstancias”, agregó Valencia. Tendrá que recuperar esos lazos, sino...

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