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Bailó merengue

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José Luis Saldaña

Con los toperoles arriba, tirándose de cara, atropellando su inestabilidad. Con todo eso salió la “U” para retar al fuego, a un presente algo extraño. Y es que a pesar de todo, están segundos con 21 unidades, a solo dos del puntero.

Quizá la crema tuvo que pasar todo ello para resucitar en el mes de “Lolo” (el 20 es su aniversario, su “centenario”). Quizá así es el destino de los gigantes, de esos escudos que se adoran sin tener un porqué en el camino.

Universitario se aferró a lo poquito y derrotó 1-0 a Unión Comercio. Desde que el balón comenzó a reposar en área de la visita, don Ángel no dejaba de dibujar una que otra mueca en su rostro. Caminaba de lado a lado, agachaba la cabeza y daba la impresión que contaba cada pastito del Monumental.

Hasta que al minuto siete salió de su bolsillo la carta de comodín. Desde la defensa corrió Néstor Duarte con el espíritu de toda la “Trinchera” y con la derecha dejó “chiquito” a Juan. Bueno, totalmente enano.

Lo que vino después fue para que el corazón deje de latir. Fue para que se quede congelado, frío. Guastavino corría como “Messi”, pero la suerte le daba la espalda.

Olascuaga también “chapaba” su protagónico. Frente a Norte le temblaba la derecha y con la uña alejaba las ilusiones. Una, dos y tres veces se repetía el capítulo con el ariete que ha tenido poca afinidad en Ate.

 La segunda mitad se resumió en una que otra volada de gato de Carvallo, y los casi del ataque estudiantil. Si el esférico no rebotaba en el “1” de la Selva, lo hacía en los letreros de publicidad. Así se cerró todo...

Las gargantas volvieron a agitarse, Comizzo miró la vida y la “U” dejó en claro que el sufrimiento es netamente suyo, que con poco se puede vivir feliz. 

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