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La hora RELOCA

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Pensar que se trata de una práctica digitada, cronometrada y exclusiva para  los hombres de prensa significaría que en Alianza Lima hay más actores que futbolistas. Y eso no es así. 

Luego de ganarle sin respirar al UTC y al Pacífico FC, el entorno victoriano recuperó su alegría, su color, esa chispa que lo caracteriza y que lo impulsa a trabajar con la sonrisa de oreja a oreja. 

Ayer nuevamente se derrochó harto Gatorade; los manazos salieron disparados como pelotazos; algunas patas voladoras resucitaron a Bruce Lee; risas de circo, palabras y palabrotas, ajos, cebollas y la felicidad en su máxima expresión. 

El chico Ángelo Campos y el asistente Jorge Cordero fueron, por decirlo así, los blancos del día. Y de paso sirvió para desterrar habladurías que juraban cierto quiebre entre el profesor “Pellejo” y algunos jugadores. 

Las victorias generan momentos de algarabía, de júbilo, pero igual hay que trabajar, y quizá más que antes. Alianza vive su realidad, su momento de cambio y de gloria. 

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