Lengua salada

A pesar de su regularidad en la temporada, Walter Ibáñez vivió ayer historias de amor y odio ante el Real Garcilaso. Defendió como gladiador el arco íntimo, desapareció el peligro y en un santiamén falló el penal que pudo darle los tres puntos al cuadro de Wilmar Valencia.

“Me parece que por lo desarrollado en el campo, el resultado es justo para ambos equipos. Quizá se pudo ganar con el penal, pero lamentablemente no se pudo”, dijo.

El central charrúa lidió con el césped del campo de Urcos. Más de un “huequito” puso en aprietos al defensor uruguayo, pero siempre resolvió a punta de garra, con los toperoles al frente y la mirada del mismísimo diablo.

“Me comentaron que el terreno de juego iba a ser complicado. Y se sufrió, pero el grupo mostró una gran fortaleza y no descuidó el objetivo durante los 90 minutos. Eso es clave”, sostuvo.

El central victorianoagregó que “ se nos viene una semana difícil, pero que podría ser determinante. Ante Cristal y la ‘U’ se vivirán verdaderos clasicazos”.