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Ya me tienes...

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No había maquillaje para un viernes de remordimiento, pero las mejillas rojas de doña Susana evidenciaban que la reunión que tuvo con Wilmar Valencia fue lo más parecido a un cónclave.      

Una hora y media a solas. La primera dama de Matute intentado arreglar el “teléfono malogrado” y algunos huecos que dejaron a más de uno con los signos de interrogación en el aire. Es así que hoy más que nunca ambos son como un matrimonio que se aferra a todo. Hasta de los consejos de los suegros para sobrevivir, pese a que más de uno tiene claro que caminarán como la nueva versión de Kiko y la Chilindrina.

“Todo fue una descoordinación, la cual ya fue aclarada. Ahora estamos mentalizados al ciento por ciento en el clásico. El tema se solucionó y todo terminó en un ‘happy ending (final feliz)’”, señaló Cuba, quien salió en su vehículo con la mirada tiesa.

Sin embargo, en el campo todo era un Edén. El DT regresó a la práctica trotando y con una sonrisa talla “XL”. Reunió a su plantel y comenzó a tomar el papel de “Cachín”. Hablaba, hablaba y todos se reían patas arriba. Una felicidad prolongada. Para él la reunión había sido positiva.

“Me reuní con la señora por espacio de hora y media antes del entrenamiento. Hubo una descoordinación que no debería pasar, pero ya está todo aclarado”, dijo.

Sin embargo, Valencia agregó: “La conversacion ha sido importante, porque si hubiese sido lo contario, ténganlo por seguro que no estaría acá”. ¡Ajá! Lo más probable que, mordiendo su bronca, Cuba haya recitado plegarias para que Wilmar se quede y medio mundo no se le venga encima.

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