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La consagración de Diego Maradona

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Ya brillaba con luz propia en el Nápoli de Italia, sin embargo la afición argentina le reclamaba un título a Diego Armando Maradona tras el rotundo fracaso en 1982. Asumiendo el papel del líder que tanto demandaba la albiceleste, el “Pelusa” se consagró en tierras aztecas para confirmar  así su inmortalidad. 

En México 1986, Maradona brilló desde las primeras jornadas. Sus actuaciones memorables permitieron a los “gauchos” clasificar sin problemas a cuartos de final. Inglaterra, en medio de un resentimiento generado por un conflicto bélico, era el rival del Diego y compañía. 

Ante los británicos, Maradona se disfrazó de “Dios” para someter al rival de turno que, humillado, solo atinó a presenciar los dos goles de la entonces máxima expresión del fútbol. La selección de Bélgica era el último escollo previo a la final, a la que sin mayores complicaciones vencieron.

El 29 de junio de 1986, el Estadio Azteca fue testigo, junto a los más de 100 mil asistentes al recinto, de la coronación de Maradona capitaneando su selección ante Alemania. Los tantos de Brown, Valdano y Burruchaga permitieron el festejo de los argentinos, pese a la reacción de los teutones. Maradona no anotó, pero fue clave en el histórico triunfo.

La postal de aquel torneo fue la imagen de Maradona levantando el trofeo. Era el premio al esfuerzo de una estrella que, pese a todas las polémicas en las que estuvo envuelto, siempre mostró ansias de gloria. 

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