¡Le abrieron la jaula!

José Luis Saldaña

Parece que siguen quietos, intactos. En la tabla nada cambió para el puntero. Pero en el alma dejaron un vacío incalculable. La “U” personificó la vida de un mulato ante un León que volvió a morder en su jaula.

Los dirigidos por José Soto sumaron 28 unidades al derrotar 2-0 al antagonista más pintado del campeonato. De dos mordiscos demostró que nadie es eterno, que al fin y al cabo todos somos simples mortales.

El cuadro de Ángel Comizzo cayó en desgracia en la primera etapa porque escondió la crema. Y esa, según cuenta la historia, nunca se guarda. Se inventa cualquier cosa sobre la hora, pero se muestra como sea.

Y saltar con una granate, que se confundió con sangre, resultó ser un pecado mortal. Al frente una fiera estiró los colmillos, derramó litros de rabia y a los nueve minutos lanzó el primer garrotazo.

Diego Manicero se movió como ratón –a pocos metros del área estudiantil– y de un derechazo repentino la clavó al ángulo. Arrastrón, al lado imposible de un Carvallo que solo sintió el raspón de su oreja con tremendo misil.

A partir de ello, la visita intentó domar al “León”. Diego Guastavino aprovechaba su disparo seco para sacarle una arruga a Jorge Rivera, pero nada. Sus manos eran imanes y la desesperación consumía al “Indio” y su gente.

El Heraclio Tapia era un Coliseo Romano y  el puntero se perdía. Se dormía en el rincón con algo de pánico. La “Pulga” sospechaba que no era duelo para “picar”,  solo para  salir corriendo. Así se apagaba. Olascuaga lo propio.  No había manera.

La etapa complementaria sirvió para que en Huánuco se chupen los dedos con tal presa. John Galliquio miró la roja y complicó todo. Por su parte, Carlos Solís se transformó en Susy Díaz y con su disparo de los doce pasos, celebró con el baile del “Conejito”.

Los de Ate perdieron ayer y el invicto de nueve partidos. Habrá que curar las heridas y recuperar la ilusión de  un pueblo que solo se había acostumbrado a vivir plenamente feliz. Y, claro, ganando. •