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Santos infiernos

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Wilfredo Inostroza 

Una puñalada más para los corazones íntimos, tan nociva como las últimas cinco que solo confirma su deplorable momento y que genera un descontento generalizado. San Martín, una vez más, protagonista de una pesadilla que se prolonga por años y que agudiza un presente deplorable,  

Otra vez, apelando a un juego monótono y displicente, la blanquiazul cayó a un pozo tan profundo como esa crisis que se agudiza cada semana, pero que algunos aún desconocen. 

El “Zorrito” Aguirre y Miguel Mostto no se muestan como la solución en ofensiva y las desconcentraciones en los minutos finales generan esos constantes y dolorosos tropiezos. 

En el mediocampo de Alianza, la salida por lesión de “Kiko” Albarracín perjudicó el accionar blanquiazul, que hasta ese momento había intentado sin orden llegar con contundencia a la portería que defiende Gallese. Edson Uribe, el hijo de Julio César, no fue solución.

Los santos, conscientes del temor del rival, fueron inteligentes desde el comienzo. Montaño, otrora conductor de los íntimos, mostró que su paso por La Victoria es historia y fue cómplice junto a Andy Polo de la acción que desencadenaría un nuevo traspié grone. 

A los 79 minutos, el “Potón”, apelando a su talento, sometió a los defensores victorianos y cedió a “Polito”, quien inauguró el marcador. El ex crema lo festejó efusivamente como recordando su paso por Ate. 

En los últimos diez minutos, Alianza se volcó en busca del empate, pero no se encontraron las ideas. Los laterales nunca se proyectaron con autoridad, mientras que los volantes y los delanteros no comulgaban.

Al final, el repudio en las tribunas se manifestó en esos insultos que resultan constantes en los estadios y que solo demuestran un inminente divorcio entre el aficionado y los futbolistas. Alianza perdió y medio país lo sufre.

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