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Es un íntimo triunfo

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José Torres Orellana

Y un día la alegría volvió a tocar la puerta de Matute. Llegó renovada, fresca, dispuesta a quedarse por mucho tiempo en el corazón de un pueblo que al fin sonrió.

Es que Alianza no estaba muerto -tal vez andaba de parranda-, pero resurgió de los escombros motivado por ese espíritu de lucha inyectado por sus flamantes contrataciones y reapareció por todo lo alto para dar pelea por ese anhelado segundo lugar del Descentralizado derrotando con autoridad a un Aurich plagado de ex grones.

La fiesta que inició el jueves con la presentación de sus refuerzos tuvo su broche de oro en casa. El paraguayo Andersen parece ser el remedio a los males victorianos. Su andar pausado y prominente barriga quedaron en segundo plano al derrochar calidad con el esférico en los pies.

“Guata” fue el engranaje perfecto que necesitaba la maquinaria de Wilmar Valencia para funcionar como quería. Su aporte liberó de presión a Wilmer Aguirre, quien al fin se “destapó” anotando un doblete, y a su vez sirvió para darle protagonismo a un aguerrido Mauro Guevgeozián.

El “Ciclón” desperdició ocasiones que pudieron cambiar la historia y fue así que Alianza cobró vida. Beltrán a los 19’ abrió la cuenta de cabeza y el “Zorro” a los 32’ estiraba la ventaja que presagiaba un triunfo claro en el fortín grone.

En el segundo tiempo apareció la figura de Roberto Merino para robarle protagonismo a los blanquiazules. El norteño se inspiró y bailó marinera con la defensa rival, por eso a los 50’ marcó un golazo de zurda.

Y cuando el miedo invadía Matute, Aguirre volvió a “mojar” a los 61’ aprovechando un rebote tras un disparo del “Armenio”. De esta forma Alianza aseguró tres puntos de oro que lo meten en la lucha por el segundo puesto. Sus “jales” le han dado el brillo para volver a soñar.   

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