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Te conozco, bacalao

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Sus fachas hablan por ellos... entre la sobriedad del saco negro a lo Raphael y el polo apretujado, chichiricoso y psicodélico. Ángel David Comizzo y Julio Alberto Zamora, dos caballitos de batalla unidos por las mil y una historias que repletan las gloriosas páginas del afamado River Plate de Argentina.

Ellos encabezan los pelotones de Universitario y José Gálvez, respectivamente. Son más que amigos, son como “yuntas” que compartían hasta los sueños. Comizzo era el arquero, el guardián, las manos de Dios. Y el “Negro” Zamora jugaba de puntero izquierdo, corría como un toro salvaje, tenía hambre y gol. 

Campeones en la temporada 88-89, reyes, ganadores, dos bravos que mañana se verán las caras como maridos celosos, se “putearán” al oído y sufrirán a solas hasta el día siguiente... cuando vuelvan a matarse de la risa como en sus tiempos de gloria

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