Se le abrió el arco

José Torres Orellana

A sabiendas de la caída de ese rival aún lejano, pero ya no inalcanzable, no había margen de error posible. Era la ocasión precisa para acortar distancias y renovar la fe en una remontada milagrosa que de la mano de “San Aguirre” parece tomar forma real.

En casa, en ese gramado donde un día se vistió de ídolo, el “Zorro” volvió a brillar como antaño. No era el 2010, ni tampoco la Libertadores, pero el delantero grone fue letal. Tuvo un flashback en el entretiempo y regresó iluminado, decidido a resolver el pleito ante un Unión Comercio al que vio como Estudiantes, y les pintó la cara.

Haciendo gala de esa velocidad de atleta, Wilmer afinó la puntería y “vacunó”. Y más de uno se preguntó por qué no estuvo en la “sele”. Bueno, tampoco tanto.

La jerarquía individual entre uno y otro equipo era abismal. Los “charapas” aguantaron como pudieron con resistencia heroica, pero las fuerzas no dieron más. Menos si el “Zorro” se puso las pilas. Por eso ni bien arrancó el segundo tiempo, a los 47’ Aguirre abrió la cuenta con remate cruzado en el mano a mano con Azurín. Aguirre seguía con la mecha prendida y a los 68’ recibió una perfecta habilitación de Guevgeozián para irse solo rumbo al segundo gol y darle calma a Valencia, quien anhelaba inquieto los tres puntos para meterle miedo a Garcilaso.

Pero si alguien más merecía estar en el podio, ese era el “Armenio”, quien a los 90’ selló la cuenta con un golpe de cabeza, previo error del golero Azurín, quien protagonizó un ‘blooper’ de Comercio, como para no perder la costumbre.

Así, los íntimos se meten en la lucha, acortando a 8 puntos la diferencia con el puntero. La fe mueve montañas, dicen, y Alianza cree en los milagros.