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Dio el salto

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No hace falta correr desesperadamente para llegar a la meta, solo es cuestión de mantener el ritmo y no flaquear hasta el final. Con paciencia, pasito a paso, también se llega lejos, y eso lo tiene clarito Universitario, que continúa su andar firme en busca de la estrella número 26 y sumando, así sea de uno en uno, para seguir estirando su ventaja en la cima.

Y es que para ser protagonista de un torneo tan largo se requiere resistencia, un temple inquebrantable para no caer así un santo te agarre a escobazos. Por eso la San Martín no pudo doblegar la valentía de un equipo con grandes aspiraciones, que se dio maña para rescatar un empate que parecía una tarea titánica debido a la insistencia de los albos.

No hubo goles, pero sí emociones. Los ¡uffff! se multiplicaron, sobre todo en un primer tiempo donde Carvallo se lució y demostró que su buen momento es una de las claves para que los cremas hoy sean imbatibles. Ni Montaño, Giusti, Polo, Marinelli, y ni la “Muela” lograron perforar su valla, que se mantuvo invicta pese a los innumerables intentos santos.

Es cierto, San Martín fue el dominador absoluto de principio a fin, gracias al buen juego de “Polito” por la banda izquierda, pero ni así logró ganar. Si algo aprendieron los “chibolos” merengues es a soportar con aplomo los embates del rival. Guastavino intentó crear zozobra en el ataque merengue, se movió por todos lados pero esta vez no tuvo un aliado ideal, ya que Ruidíaz andaba con el santo de espaldas, y a la “Hiena” le quedó un poco grande el número de la camiseta.

Para el segundo tiempo Comizzo replanteó su esquema, priorizó el orden antes que un ataque infernal y equilibró el juego. De paso, el “Indio” también quiso meterle presión al árbitro a ver si por ahí le ligaba la pataleta como en ocasiones anteriores, pero el “Diamante” Uribe con solo una mirada lo puso en su sitio.

Las ocasiones de gol se disminuyeron, como la fuerza en las piernas, pero si no se podía ganar bueno era no perder, ya que un punto a estas alturas también vale oro. Así la “U” cerró filas y esperó paciente el final para seguir sumando, ya que 8 puntos de ventaja son suficientes para seguir sumergido en un sueño glorioso.     

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