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Dios, he ahí a tus hijos

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Con el mismo sentimiento de respeto y amor que los atrapó días antes en la iglesia de Las Nazarenas, los  jugadores de Alianza Lima se rindieron ante la sagrada imagen del Señor de los Milagros, que ayer salió en procesión en medio de un mar de sus fervorosos fieles.  

Eran las 6:00 a.m. cuando los jugadores del primer equipo llegaron hasta la iglesia Virgen del Carmen en Barrios Altos. Todos vestidos tal cual lo demandaba el momento, se abrieron paso entre la multitud que no tardó en distinguirlos y elogiarlos.

Francisco Pizarro y sus pupilos, y la doctora Susana Cuba, administradora del club, se apostaron en un estrado, pero luego se entregaron por completo a la ceremonia que traía consigo cánticos, oraciones y mucho olor a saumerio.

Era el momento propicio para dar gracias luego del triunfo ante Pacífico y, cómo no, de reiterar una vez más el cuidado de sus respectivas familias con su manto poderoso.

“Estamos acá por el amor que le tenemos al Cristo Morado, el Milagroso ya nos dio una mano una vez, pero nada sería posible si es que nosotros no hacemos nuestra parte en la cancha”, nos dijo Luis Trujillo.

A horas del duelo ante Real Garcilaso, Pizarro, guía interino de los íntimos, no ocultó que haya pedido por el partido. “Claro que sí, mi hermano, se pide, este partido es clave, lo tenemos que ganar, pero más allá de la ayuda divina, nosotros tenemos que hacer el trabajo desarrollado en la semana”, afirmó.

Alianza no se aleja de Dios, y eso enciende el eterno agradecimiento al Creador.

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