Grito de guerra

Ser imbatible en el torneo te brinda esa confianza necesaria para pararte con el pecho inflado frente a cualquier rival. Por eso Alianza asume con fe su paso por Chiclayo, donde expone su invicto en busca de una victoria resonante que lo catapulte a la cima del Grupo A del Torneo del Inca.

Para lograr su cometido, Guillermo Sanguinetti trabajó con inteligencia la estrategia que empleará para que un “Ciclón” no derrumbe sus ilusiones, y apuesta por el retorno de un cancerbero como Pablo Míguez para darle equilibrio a la volante y, de paso, meterle miedo a los chiclayanos que deberán cuidarse de los puntapiés del charrúa, quien no cree en figuritas.

La necesidad de un triunfo se hace imperante en la escuadra victoriana, pues este puede  ser el partido bisagra para tentar la gloria, o quizás olvidarse de ella, ya que una caída despuntará a los norteños y alejará demasiado a los íntimos de su objetivo inmediato.

La confianza está, pero eso no bastará para salir airoso del estadio Elías Aguirre. Es necesario un buen juego, coraje, temperamento y sacar a flote esa grandeza de una camiseta histórica, que anhela de éxitos para recobrar el brillo de su historia.