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Por encima de todos

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En el epílogo de la Semana Santa, Alianza Lima confirmó que está muy próximo a la coronación en el Torneo del Inca. No tuvo misericordia alguna con San Simón y tras el tropiezo de Juan Aurich en Huánuco, los íntimos parecen encaminados, e iluminados, a escribir un nuevo capítulo de gloria.

Una deuda pendiente de los “grones” era ratificar las actuaciones de ensueño en su feudo. Para tal propósito debía combatir con un cuadro cuyo antecedente más importante en Lima era un empate en el Gallardo ante Cristal. Los visitantes asumirían la inferioridad en su planteamiento.

La desesperación reinó en Matute durante los instantes inicales del choque, tras fallos de Kahn y Cedrón, este último más clamoroso que el anterior.

Sin embargo, a los 38’, Luis Trujillo, quien en su pierna izquierda parece llevar un misil en vez de músculos, ejecutó magistralmente una falta y venció la resistencia de Nicosia.

La parte complementaria ratificaría el dominio de los anfitriones, que pese a no brillar como en sus tiempos mozos, muestra esa efectividad que tanto urgían en épocas cuando la prioridad era el fútbol vistoso.

Pablo Míguez, con el empuje y entrega que lo caracterizan, fue el responsable de sellar una otra historia de éxito para la blanquiazul, que desde octubre pasado no conoce de tropiezos. A los 52’, un certero cabezazo de la “Cotorra” sentenció el liderato en solitario de los suyos en el certamen.

Tras el pitazo final, el hincha en la tribuna sur festeja, no solo por los tres puntos o el primer lugar, también porque la blanquiazul parece recuperar esa casta de cuadro campeón que extravió allá por el 2006. Es prematuro aún, pero la ilusión de la afición no conoce límites.

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