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Se vio tu mano

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Apenas vio elevarse a Mauro Guevgeozián por los aires, el “Topo” Sanguinetti ya sabía que la jugada, tras previo centro de Landauri, iba a terminar en un tremendo golazo. Y así fue.

Por ello, el técnico de Alianza Lima no dudó en voltearse y mirar hacia la tribuna occidental. No miró a nadie específico, ¡miró a todos!

Extasiado, emocionado, desbordado por la locura del gol sobre la agonía del partido, el “Topo” saltó como un niño, uno, dos, tres, cuatro, decenas de saltos con los brazos extendidos.  Qué emoción. Su grito amplificado, el enrojecer de su garganta, fue una comunión del sentimiento que lo une a la feligresía blanquiazul.

“El primer tiempo nos costó, entramos al juego de Cristal y nos confundimos un poco, pero luego en el segundo tiempo supimos nivelar las cosas y logramos llevar al rival hacia lo que pretendíamos”, dijo el mandamás blanquiazul.

Sanguinetti sabe que han dado un paso importante para llegar a la final del torneo, pero igual no zafa los pies del piso. “Somos un equipo humilde que no festejamos antes del final. Todavía quedan dos partidos”, dijo.

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