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¡Allá voy!

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Cerraron el Grupo “A” cancelando gran parte de la deuda. Porque decían que este equipo avanzaba olvidando todo:  su historia, lo que los ídolos pedían. Bueno, ayer demostraron que ante la obligación también son capaces de mover corazones de piedra.

Alianza Lima no solo aplastó por 4-0 a Inti Gas, sino que lo hizo dejando cuotas de aquel fútbol que el hincha había esperado por largo tiempo.  Lo logró arrancando sonrisas, y algunos mechones de cabello.

Y si bien el empate era suficiente para verse este miércoles ante la Universidad San Martín, Walter Ibáñez decidió agarrar el esférico y dar el primer golpe desde aquella zona donde es mortal: desde los doce pasos.

Lo que  apareció después fue la señal de un hombre que aprendió a sonreír con el paso del tiempo. De un tipo que siempre prefirió hablar frente al arco del enemigo. Y siempre lo hizo sin tartamudear, sin cerrar los ojos.

Mauro Guevgeozián debe ser el “9” que algunos niños en Matute quieren imitar de grandes, debe ser un milagro. Porque solo le falta anotar con la espalda: ayer lo hizo con un zurdazo de larga distancia. Pobre Villasanti, solo colaboró para la foto.

Su segunda aparición fue con la frente. El “Topo” lo cambió para que todos en La Victoria lo abracen con los aplausos. A Ponce le tocó sacarse la sal y cerrar la jornada desde el punto de penal. Le tocó el cuarto.

Ya pagaron casi todo. Se van a la última prueba dejando una tarde como las que tanto se extrañaban y un hormigueo que solo se siente cuando estás a punto de dar la vuelta después de tantos sufriendo en silencio.

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