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Es hora de irme

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Guillermo Sanguinetti ahora eleva más seguido el brazo izquierdo para ver su reloj. De un tiempo a esta parte, el entrenador uruguayo ha vivido más penas que alegrías en Alianza Lima, por lo que, en el momento menos pensado, podría quebrar ese equilibrio emocional que lo mantuvo de pie hasta el día de hoy para dar por concluido su periodo al mando del equipo.Es un ser humano como cualquiera, tampoco es de piedra. Siente el rechazo, la indiferencia, el desgano, y entonces se enoja, lanza sus ajos y cebollas, y corrige con firmeza así se esté haciendo la cruz borrando a tal o cual.Si los resultados lo habrían acompañado, de pronto, nadie objetaría su continuidad pese a jugar al pelotazo, pero los números en rojo del Apertura siguen doliendo y si a ello se le suma un visible resquebrajamiento en las relaciones con el grupo, es muy probable que se harte de todo.Eso sí, pierde los siguientes partidos y lo invitarán a realizar lo más saludable: renunciar.

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