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Antes de regresar a Lima, el plantel de Alianza entrenó muy temprano en Trujillo para soltar piernas y olvidar el momento amargo que se vivió durante el compromiso con César Vallejo (2-2) en el Mansiche.

La visita de un grupo de niños de la filial blanquiazul en la Ciudad de la Eterna Primavera le devolvió la sonrisa a los íntimos, quienes atendieron con esmero a los futuros futbolistas.

Fotos por aquí, autógrafos por allá, sonrisas y abrazos hicieron que la mañana soleada en el Colegio San José Obrero sea especial para los chicos, cuya felicidad convirtió el momento en un carnaval.

El “Zorrito” Wilmer Aguirre se hizo amigo de un pequeño y parecía no soltarlo nunca. A su vez, Christian Cueva y Julio Landauri, envueltos en carisma y empatía, no tardaron en acaparar la atención de todos.

“Jueguen al fútbol, hagan lo que más quieren, disfruten, pero también estudien”, fue el consejo de “Cuevita”. Geanmarco Quezada, profesor y guía de los niños trujillanos, se lo agradeció infinitamente.

LOS TRABAJOS    Alianza entrenó por espacio de una hora pensando en León, su próximo rival. El punto en calidad de visitante no fue malo, pero ahora van por los tres en casa ante los huanuqueños para cazar a Melgar.

Todos realizaron trabajos de orden regenerativo, reducido y definición, salvo Aguirre, quien trotó porque presenta un golpe en la rodilla derecha. En la tarde todos llegaron a Lima.

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