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Llegó su hora

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Desde el momento en que la pelota empiece a rodar  Marcos Miers sabrá que habrá llegado la hora de ir insinuando en la cancha que su aporte desde la defensa será de suma importancia en la consecución de los objetivos.

Es consciente que vino a ocupar un lugar en donde no se puede estar de regular para abajo y tal es su optimismo de colmar las expectativas que a cualquiera invita a la ilusión.Antes de subirse al avión para darle el alcance al grueso del equipo en España, el defensa paraguayo recibió a LÍBERO en el hotel. La emoción por el nacimiento de Nicole, fruto del amor con su amada Katherine, lo desbordaban.

“Fue difícil estar acá y mi hija naciendo allá... Ahora tengo un plus más para cumplir lo que me tracé en Alianza: llegar a la final de la Libertadores y ganar el campeonato local”.Lo buena gente le aflora. Ha dicho que probó ceviche, pero la leche de tigre lo marcó. “Mi señora acá será feliz, la comida es bien rica”, comentó.

En otro momento, enterado de la picardía como sello particular del futbolista peruano, lanzó una advertencia. “No me voy a comer los amagues, a los pericoteros, a ellos les haré sentir mi presencia, ellos me respetarán”, apuntó.

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