Carne a parrilla

Perú tácticamente, hasta antes del minuto 24, mostraba un orden importante. Argentina no tenía cómo hacernos daño. Intentaban sobre los costados, por el medio, pero siempre cerraba un calcetín blanco.

Alexander Succar luchaba solito contra el mundo allá arriba. Sergio Peña buscaba el equilibrio y Víctor Rivera estaba “chino” de risa. Lo estudiado en el papel estaba dando resultado. Bien aplicaditos sus alumnos.

Perú se reconocía, sabía que la prudencia era la mejor defensa y así se hacía fuerte. Sin embargo, un centro que Aldair Perleche bajó con el pecho, complicó nuestra existencia y la de Daniel Prieto, quien trató de controlar con el botín derecho. La pelota se camufló y pasó la línea.

Error grave. Primer ‘blooper’ del torneo. En la línea no hay riesgo, hay suicidio. Prieto trató de darse ánimos, de transmitírselos a sus compañeros, pero regresamos a la historia de nuestras vidas, a derrumbarnos.

Nos achicamos a la mínima expresión, nos regresaron todititos los demonios de las últimas décadas. El “1” de rimbombantes tapadas ante Ecuador era el lorna de las redes sociales. Ten espacio para matar, y dispararás. Lo aniquilaron al muchacho.Pero habrá que decirle al buen Daniel que aún tiene minutos por delante, que a esto uno se expone cuando se pone los guantes por la patria.