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Y jala hacia el título

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No se engañe que de niño bueno solo tiene la cara, una mezcla de revolución y hegemonía, es su verdadero yo en la cancha. Marcos Miers descubrió ante los ojos de todos su mayor motivación para ganar la gran final.

“Cuando vine a Perú lo hice con el propósito de ganar un título y espero que este fin de semana Dios me conceda ese logro”, dijo Miers. El paraguayo llamó la atención con un tatuaje en la pantorrilla de asalto, y no era cualquier arte sino los piececitos y el nombre de su pequeña hija Nicole. “Esta final la voy a tomar como si fuera mi revancha de la que perdí con Nacional ante San Lorenzo por la Copa Libertadores”, manifestó.

El zaguero desea forjar una historia de éxito en su nueva casa.

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