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Sudor y lágrimas

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Sus lágrimas al final del cotejo fueron tan inesperadas como justificables. Gustavo Roverano, héroe de muchas batallas con Alianza estando bajo los tres palos, volvió a ser gestor de uno de los momentos más sublimes para el hincha íntimo.

“Es una alegría enorme (y se le empieza a entrecortar la voz). Se me viene a la mente cuando salí de esta institución y sufrí mucho. La quiero mucho. Ganarle a Universitario es una alegría inmensa, sobre todo por la situación que se dio. Fue bastante complicado. No fue fácil agarrar el equipo, pero sabía que era la persona indicada”, fueron las primeras palabras de la “Máscara”.

El uruguayo resaltó la personalidad de sus guerreros, más aún de los jóvenes. “Estoy contento por los chicos. Anthony Lavalle es un chico de 17 años, y no es fácil jugar un clásico, pero respondió. También por Mejía, quien es un chico que le peleó a la vida. No fue fácil el juego porque teníamos 9 jugadores menos”, agregó el técnico interino.

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