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Ese es un ‘atajapenales’

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 Enner Valencia se paró frente a Romel Quiñonez y el arco se le hizo del tamaño de una cueva de ratón. La pateó con miedo al lado derecho del guardameta. El arquero boliviano se arrojó con decisión y logró controlarla.

Quiñonez jugó un partidazo aquella noche, llamó la atención de más de uno en la Copa América. A sus 22 años se hacía el candado más seguro de una puerta que no brindaba las garantías del caso. Bolivia daba miedo.

El arquero altiplánico en su club Bolívar también sacó varios penales de vida o muerte. Es uno de sus fuertes, si llegamos a esa parte del cotejo, será duro vencerlo.

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