Boquita cerrada

Gustavo Roverano se disculpó por lo ocurrido en el Cusco con el juez Luis Garay. Sin embargo, justificó sus impulsos y espera que la Comisión de Justicia de la ADFP no lo castigue con una dura sanción.

“Yo le pregunté al juez cuánto tiempo adicionó y me dijo un minuto cuando al final fueron cinco. Me metí al campo en desesperación porque veía que nos estaban perjudicando”, dijo.

El DT de Alianza invadió la cancha, lanzó improperios irreproducibles a la máxima autoridad y se especula que será acreedor de una sanción severa de la CJ de la Asociación.

“Ojalá que para poner la sanción se fijen en los antecedentes. Además, a mí me gusta dirigir en el banco, no en la tribuna. Espero que la sanción no sea tan drástica”, apuntó.

Roverano concluyó afirmando que el empate que se logró en el Cusco podría ser clave. “El equipo corrió, metió y sacó un punto importante  que a fin de año nos ayudará”.