La vida de Roger Federer también se juega fuera de las canchas. El ganador de 19 “grandes” habló de su esposa Mirka y de sus gemelos Myla Rose y Charlene, de 8 años; y Lenny y Leo de 3. Ellos son su adoración.
Cuando nacieron sus hijas, su rol de padre lo movió: “Cambiaba pañales, las bañaba, ayudaba por la noche. Apenas tengo recuerdos de tenis entre 2010 y 2011, las niñas consumían todos mis pensamientos”.
“Al final tuve que desengancharme un poco porque me afectaba la espalda y era muy cansado. Mirka -agrega- se encarga de tener todo ordenado y es genial”, nos dice.
Sobre sus viajes en familia, contó: “Las chicas lo disfrutan mucho. Estudian en casa, con un profesor particular. Han ido al colegio, pero Mirka y yo teníamos claro que no queríamos que viajara solo. Volverán al colegio cuando no tenga este ritmo de viajes”.
El tenis es su vida. “Llegué a sentir que si no ganaba un Grand Slam al año era un perdedor. Amo el tenis porque he mostrado mis emociones. He llorado al ganar y perder, y eso la gente lo sabe”, sentenció.•