Sufrió un percance. Mientras se jugaba el primer tiempo del partido, exactamente a los 32 minutos, que Lanús le ganó a Independiente por 2 a 1, en Avellaneda, por el fútbol argentino, el árbitro Germán Delfino recibió un fuerte pelotazo.
El rechazo del defensa Cristian Báez, por desgracia, impactó en el rostro del juez, tirándolo al césped y provocando que sea asistido al instante.
Delfino terminó con sangre en la nariz y el ojo derecho hinchado. Pese al incidente, el argentino continuó dirigiendo.