Las muecas de disgusto de Cristiano Ronaldo y la risita burlona de Lionel Messi tras conocer que Andrés Iniesta era el ganador, marcó la nota pintoresca de la premiación de la UEFA.
CR-7 estaba confiadazo por haber ganado la Liga y la Supercopa de España. Se creía fijo y el perder le cayó como un baldazo de agua fría. Pobre.
Estos ni se ven
Aunque los dos niegan su odio, Cristiano y Messi evitaron el saludo tras el título de la Supercopa del Madrid.