Luego de una muy complicada época para el fútbol holandés al quedarse fuera de la Eurocopa 2016 y del Mundial 2018, Ronald Koeman apostó por talentos jóvenes y logró formar un poderoso equipo que volvió a recibir el apelativo de la “Naranja Mecánica”.
Ahora, pese a las sensibles ausencias de Depay y Wijnaldum, la selección de Holanda fueron un hueso duro de roer para Irlanda del Norte (que desperdició un penal en los pies de Davies en la primera parte) y consiguió su principal objetivo: volver a decir presente en la Eurocopa 2020 tras casi ocho años tras el 0-0 en Belfast (su última participación 2012 en Polonia-Ucrania).
Muchos pensaron que perder la final de la Liga de Naciones sería un duro golpe para los holandeses, pero desde ese partido llevan cinco al hilo sin conocer la derrota: cuatro victorias y un empate, 13 puntos que le han servido para -junto a Alemania- salir airoso del denominado “grupo de la muerte” en la previa de estas peleadas eliminatorias.
El siguiente juego frente a Estonia será de mero trámite, puesto que sin importar el resultado que se dé, Holanda volverá a disputar la Eurocopa para alegría de los suyos.
Holanda llegó a la final de la Liga de Naciones pero cayó por la mínima diferencia ante la Portugal de Cristiano Ronaldo.