Mientras sus compañeros realizaban trabajos de campo, Paolo Guerrero se ejercitaba en el gimnasio con el vigor que le caracteriza pero, de pronto, su muslo izquierdo -el del problema- se resintió. Algo pasó. Quizá por cierto exceso. La cuestión es que los médicos de Flamengo decidieron liberarlo de la rutina que todavía le restaba. El peruano se marchó raudo y con cara de pocos amigos al camarín. Ahí tardó algunos minutos y salió rengueando sin ofrecer declaraciones.
Su problema médico finalmente no es de gravedad. Solo necesita descansar, continuar con su tratamiento, digamos muy parecido a lo que hace el “Mudo” Rodríguez. Por el momento, Reinaldo Rueda, técnico del “Mengao”, lo liberó del choque de hoy ante Fluminense por la Copa Sudamericana y tampoco participará del partido del sábado 28 ante Vasco da Gama por el Brasileirao.
¿Entonces qué le queda? El encuentro de vuelta del 1 de noviembre ante “Flu” por la “Suda”. ¿Jugará? Paolo ha gestionado el permiso que le permita llegar a Lima a más tardar el viernes 3 de noviembre y trabajar en su recuperación. Es decir, Paolo no volverá a jugar por Flamengo hasta después del repechaje.•