por algo
le dicen
“demonio”
Goleador. Es la carta de gol del once íntimo. Si el domingo está enchufado, no hay nadie que agarre al “Demonio”.
Cabezazo. No solo al ras del campo es peligroso en área rival, pues por aire siempre busca el segundo palo en los córners.
la conoce. Goza de una endemoniada velocidad y habilidad con la pelota pegada a los pies, virtud que espera sacar provecho.