Salvador Capitano prefirió terminar con el show. Con ese carisma a la hora de entrenar y de llegar fluido a la prensa. ¿Pero qué pasó ahora?
Al argentino le pusieron una mordaza para frenar sus palabras. Quizá lo que buscó la directiva fue evitar que no se vaya de boca y encender la polémica con los jugadores, que dijeron extrañar a Reynoso y no entender el sistema de juego del técnico.“Lo siento, hoy no hablo”, dijo el argentino, que está decidido a mantener la línea de cuatro al fondo, dos hombres de contención y cuatro elementos con poder ofensivo.